
Debido a los cuidados que prestamos a nuestros animales de compañía estos viven cada vez más. Se considera viejo a un perro o un gato a partir de los 8-10 años según la raza. Es recomendable realizar controles generales de las patologías seniles más frecuentes. La realización de un control cardiológico, un análisis de sangre y/u orina y una exploración clínica detallada nos ayudará a detectar esas patologías y detener su progresión lo antes posible.